En nuestros países, los niveles de endeudamiento son alarmantes, la mayoría quiere vivir un nivel más alto del que puede pagar cueste lo que cueste. Los bancos y financieras nos inducen a la deuda de manera intoxicante, nos ofrecen el paraíso cuando en realidad nos están llevando a la ruina.

Enciendes el televisor y ahí está de nuevo el comercial de la financiera que te da la suma que necesites en sólo 24 horas. Abres el periódico y ves el anuncio del banco que te ofrece re-hipotecar tu casa. Sales de dar un paseo y ves una valla con ese flamante auto que puedes pagar a plazos. Sí, todo suena perfecto, hasta sencillo, con una llamada, con una firma, tienes todo lo que necesitas. Sin embargo a la larga te conviertes en esclavo financiero.

Recuerdo que en la escuela nos inculcaban la importancia del ahorro. Cada año llegaba la mascota de la Caja de Ahorros con caramelos y dulces. Nos invitaba a abrir nuestra cuenta navideña y cada semana ingresábamos aunque fuese un dólar pero con la ilusión de tener a fin de año nuestro propio dinero para comprarnos lo que quisiéramos. Cuando llegaba la navidad me sentía como la Cucarachita Mandinga: “¿Y ahora qué me compro?”.

Pero una vez que terminas el colegio tus necesidades aumentan, sobre todo en el ambiente tan consumista en el que vivimos. Además la envidia nos mata, queremos tener la casa y el carro más bonito que el del vecino.

En vez de concentrarnos en la eterna competencia, deberíamos enfocar nuestras fuerzas a la búsqueda de mejores oportunidades laborales y profesionales y en una buena educación para mejorar nuestra situación económica. Aprender a sacrificarnos un poquito para luego disfrutar del fruto de nuestro propio esfuerzo.

Si eres víctima del endeudamiento crónico, no es el fin del mundo. Si te lo propones puedes romper tus cadenas financieras y comenzar poco a poco tu propio imperio.

Huye de las tarjetas de crédito
Algunas personas con problemas bancarios recurren a las tarjetas de crédito para salir de apuros. El fácil uso de la tarjeta puede inducir a gastar de más y aunado a los intereses tan elevados de las mismas los problemas sólo se agravan. Cómo salir de este embrollo:

• Paga tus cuentas a tiempo. De esta manera evitarás que se acumule la cuenta y tendrás un mejor control de tus gastos.
• Limita tus tarjetas. Un máximo de dos es suficiente para evitar tentaciones o en caso de que estés de viaje y una no funcione.
• Vive según tus ingresos. Muchas veces recurrimos a la tarjeta para darnos caprichos que no podemos pagar con nuestro propio dinero. Recuerda que el uso de la tarjeta es costoso, por lo cual crédito no es la mejor alternativa.
• Paga en efectivo. Cuando pagas con la tarjeta es fácil perder el control de tus transacciones y acumular deudas.
• Elige la tarjeta adecuada. Antes de decidirte por una tarjeta infórmate bien sobre sus beneficios, tasa de interés y si la entidad bancaria con la que la tomarás es fiable.

Si tu crédito con las tarjetas está casi al tope, córtalas de inmediato para evitar seguir gastando y trabaja para cancelar los saldos.

No caigas en la trampa
Si tu banco te contacta para ofrecerte una tarjeta, un préstamo o para aumentar tu crédito, aún cuando ya estás hasta arriba en deudas, más que una bendición, es un delito. En casos como este, envíales una carta solicitando que por favor desistan y que no estás interesada en adquirir más deudas. Un banco de confianza es el que te incentiva al ahorro y tiene más restricciones a la hora de pedir un préstamo.

Reduce tus deudas
Es agobiante trabajar duro durante todo el mes para que cuando te llegue la paga se vaya casi todo en deudas. Toma las riendas de tu situación financiera y decídete de una vez por todas a ser libre. Aquí te decimos cómo:

• Paga más del mínimo cada mes. Al pagar un poquito más de lo que te correspondes contribuirá a cancelar la deuda más pronto y a minimizar la tasa de interés.
• Consolida tus deudas. De esta manera te asegurarás de pagar una tasa de interés menor y sólo tendrás que estar pendiente de una deuda.
• Evita el pago voluntario. Esto puede llevar a retrasos en el pago, es decir, problemas. Opta mejor por descuento directo.
• Prepara un plan de cancelación. Haz un presupuesto para ver cómo puedes lograr minimizar o cancelar tus deudas, ya sea pagando un poco más de lo que corresponde o generando ingresos extra para salir de ellas más pronto.

Aprende a ahorrar
Lo ideal sería ahorrar un 10% de tus ingresos mensuales, de esta manera tendrás un fondo de contingencia y evitarás entrar en deudas para resolver contratiempos.

No importa si recurres al chanchito o al banco, lo importante es que comiences a guardar parte de tus ingresos por un futuro sólido. Si te decides por el banco, elige el que te ofrezca la mejor tasa anual y que lleve tiempo en el mercado.