¿Te has preguntado por qué se dice que el desayuno es la comida más importante del día? Será un mito o una realidad… Averígualo en el siguiente artículo.

El secreto de una vida saludable es tomar un buen desayuno cada mañana. Durante la noche mientras dormimos nuestro metabolismo se desacelera para compensar con la falta de energía necesaria durante el periodo de descanso.Cuando despiertas por la mañana, tu cuerpo permanece en estado de ayuno y tu metabolismo continúa siendo lento. El comer un desayuno sano pone fin al periodo de conservación de calorías y permite que tu metabolismo entre en acción, dándote energía y preparándote para la larga jornada.El desayuno es una de las comidas que la gente esquiva con frecuencia, especialmente cuando están a dieta porque piensan que de esta manera ahorrarán un buen par de calorías. Sin embargo, el saltarse esta comida solo tiene efectos negativos.

El saltarse el desayuno mantiene tu metabolismo en letargo, lo que reduce la cantidad de calorías que quemarías mientras realizas tus actividades cotidianas. Lo creas o no, tu cuerpo necesita de alimento para poner tu metabolismo a trabajar.

Se ha comprobado que comer un desayuno sano incrementa la production de leptina, una hormona que reduce el apetito y te ayuda a sentirte satisfecha/o. Por eso generalmente la gente que suele tomar el desayuno resiste mejor la espera por el almuerzo sin morirse de hambre.

Dos razones de peso para tomar el desayuno
Comenzar el día con un buen desayuno te ayudará a elegir mejor el resto de tus comidas (meriendas, almuerzo y cena), evitando así caer en la tentación de la comida chatarra.

Además, un desayuno sano estimula tu cerebro, logrando así una mejor concentración tanto en el trabajo como en tus estudios. Si te toca hacer un examen por la mañana, más te vale que comas bien, ya que contribuirá a preparar tu mente para realizar tareas complejas con éxito.

El desayuno ideal
Los 3 componentes de un desayuno poderoso son los carbohidratos complejos, las proteínas y grasas.

Desayunar carbohidratos simples como el pan blanco, pasteles, pancakes y todo lo que esté hecho con azúcar o harina refinada no logran mantenerte satisfecha/o hasta el almuerzo. Este tipo de alimentos suben el nivel de azúcar en la sangre, provocando una sobre producción de insulina y en consecuencia una sensación de letargo, falta de concentración y en ocasiones dolor de estómago. Una constante subida del azúcar en la sangre puede causar diabetes a largo plazo.

Opta mejor por consumir carbohidratos complejos, ricos en fibras, como cereales, pan o pasta integral, avenas, granos, frijoles, vegetales y legumbres. Estos contribuirán a que te sientas satisfecha/o durante la mañana y mantendrán tus niveles de energía por las nubes.

Las proteínas magras y grasas buenas puedes encontrarlas en carnes blancas como el pavo, el pescado, en especial el atún y el salmón. De igual manera están presentes en los productos lácteos, en las nueces y productos a base de soja. Las frutas también son una gran fuente de energía y una buena porción de azúcares sanos.

¿Qué comer?
Aquí te van unas opciones para que te inspires en tu próximo desayuno:

• Tostadas integrales con queso cotagge o bajo en grasas, unos trocitos de plátano (guineo) y pasas.
• Cereal de fibras con fruta fresca y leche desnatada.
• Yogurt natural semi desnatado con granola o muesli, trocitos de almendras y frutas frescas.
• Avena cocida con arándanos, frambuesas o fresas y miel orgánica.
• Un licuado de plátano (guineo) con leche semi desnatada, yogur bajo en grasas, moras congeladas, miel y mantequilla de maní.
• Huevos revueltos con jamón de pechuga de pavo en un sandwich de pan integral con un jugo de naranja para acompañar.

Recárgate cada mañana con un buen desayuno, así estarás satisfecha durante el día y evitarás caer en tentaciones o dejarte llevar por la ansiedad. Con el tiempo esto sí te ayudará a perder peso, a estar más activa y llevar una vida saludable.